La autoestima es la percepción que tenemos de nosotras mismas. Abarca todos los aspectos de la vida, desde el físico hasta el interior, pasando por la valía o la competencia. Se trata de la valoración que hacemos de nosotras mismas la cual no siempre se ajusta a la realidad. Esa valoración se forma a lo largo de toda la vida y bajo la influencia de los demás.
Lo que los demás ven en nosotras o, más bien lo que nosotras pensamos que los demás ven, es crucial para determinar nuestro grado de autoestima. Entramos en el terreno de la seguridad y la confianza en una misma, minado por las influencias del exterior. Pero si hay algo que determina el estado de salud de nuestra autoestima es la infancia. El refuerzo positivo o negativo con el que hayamos contado desde los primeros pasos de nuestra vida va a ser fundamental para nuestra seguridad emocional en el futuro.
Es importante subrayar que no es lo mismo la autoestima que la autoconfianza. La autoconfianza está vinculada con aquellos objetivos y metas concretas que nosotros mismos nos marcamos, mientras que la autoestima hace referencia a la valoración global que hacemos de nosotros mismos. Es decir, una persona puede pensar que es muy buena tocando el piano o jugando al baloncesto, sin embargo eso no quiere decir que esa persona no pueda tener una autoestima baja. Se trata de alguien que confía en su habilidad en esas áreas específicas, pero igual le gustaría ser más alto o tener mejor físico…
Bases de la autoestima
Como habrás podido comprobar, la autoestima también tiene sus bases y resulta fundamental conocerlas en profundidad para poder mejorarlas y reforzarlas: Estas bases son las siguientes:
+Universo social y material que te rodea: el contacto con otras personas es una de las fuentes más importantes que tenemos para poder crear nuestra propia visión del mundo. La relación que tienes con cada una de las personas de tu entorno (amigos, familia, pareja) va a ser la responsable de desarrollar tu idea de cómo crees que eres.
+Creencias negativas: es muy complicado cambiar las creencias y pilares que hemos ido asumiendo a lo largo de la vida, pero esto no quiere decir que sea imposible. Por lo general, las personas somos muy reacias a los cambios, mucho menos a aquellos que afecten a creencias muy arraigadas de las que nos hemos ido autoconvenciendo con el paso de los años. Por ejemplo, si en tu interior siempre has creído que eres una persona fea o que no sirves para hacer cierta actividad, a día de hoy será muy difícil que cambies esos pensamientos y comiences a valorarte como realmente mereces. Por eso, para subir y fortalecer la autoestima, es fundamental tratar el problema de raíz, es decir, desde tus convicciones más internas.
+La teoría que has elaborado sobre ti mismo: todos y cada uno de los calificativos con los que nos definimos a nosotros mismos (independientemente de que estos sean buenos o malos) forman una teoría sobre quién creemos que somos. Cuando estos calificativos son en su mayor parte negativos, inevitablemente y tarde o temprano tendremos una autoestima baja. Empezar a definirnos con palabras más bonitas y reales nos ayudará a comenzar a querernos un poquito más a nosotras mismas.
Tipos de autoestima y cómo mejorarla
Una vez que hemos analizado las bases de la autoestima podemos diferenciar entre tres tipos distintos que son los que te mostramos a continuación:
+Autoestima alta
También llamada autoestima positiva, es el nivel deseable para que una persona logre sentirse satisfecha en la vida, sea consciente de su valía y de sus capacidades y pueda enfrentarse a los inconvenientes de forma resolutiva.
+Autoestima media
Esta autoestima media o relativa supone cierta inestabilidad en la percepción de una misma. Si bien en algunos momentos la persona con autoestima media se siente capaz y valiosa, esa percepción puede cambiar al lado opuesto, a sentirse totalmente inútil debido a factores variados, pero especialmente a la opinión de los demás.
+Autoestima baja
Ineptitud, incapacidad, inseguridad y fracaso son los términos que acompañan a una persona con autoestima baja. Se trata de un estado de autoestima que debemos evitar en nuestro camino hacia la felicidad.
Algunos autores hablan de cuatro tipos de autoestima en lugar de tres. La cuarta recibe la denominación de ‘autoestima inflada’ y es aquella que tienen las personas que se creen mejores que el resto, que son incapaces de escuchar a los demás y mucho menos de aceptar o reconocer un error (no tienen capacidad de autocrítica). Su autoestima se encuentra tan sumamente abultada y exagerada que se creen con el derecho de menospreciar a los que están alrededor. Este tipo de autoestima genera conductas muy negativas y hostiles.
Lo ideal es mantener la autoestima alta (sin llegar a una autoestima inflada, claro) y para ello hay que tener muy claro que la autoestima se puede mejorar, aumentar y que no solo se puede, sino que además se debe. Porque los problemas de autoestima no afectan solo al desarrollo personal.
Los problemas de autoestima se observan en todos los ámbitos de la vida, desde las relaciones sociales, hasta la vida sentimental, pasando por el ámbito laboral. Una autoestima baja puede llevarnos a un menor rendimiento en el trabajo, a una inseguridad personal que genere trastornos emocionales o a mantener relaciones de pareja dependientes y autodestructivas. Para evitarlo, practicaremos con la autoestima hasta que logremos llevarla a los niveles adecuados.
En el video que te dejamos a continuación, la escritora Rut Nieves nos da las claves para mejorar la autoestima. ¡Se puede conseguir!
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